RESEÑA

 

Antônio Gouvêa Mendonça, Protestantes pentecostais & ecumênicos. O campo religioso e seus personagens, São Paulo, Universidad Metodista de São Paulo, 1997.

 

 

Antônio Gouvêa Mendonça nació en 1922 en Arealva, São Paulo. En 1957 se graduó en Filosofía en la Universidad de São Paulo (USP). Estudió teología en el Seminario Teológico de la Iglesia Presbiteriana Independiente de esa misma ciudad, recibiendo la ordenación pastoral. En 1982 se doctoró en Ciencias Humanas con especialización en Sociología, en el Departamento de Ciencias Sociales de la USP con una tesis sobre la inserción del protestantismo en Brasil. Desde 1983 es profesor de Sociología de la Religión y del protestantismo en el Instituto Metodista de Enseñanza Superior, actualmente Universidad Metodista de São Paulo (UMESP). Allí, coordinó el programa de posgrado en ciencias de la religión entre 1990 y 1994. Es autor de numerosos artículos de su especialidad y de varios libros.

 

       Antônio Gouvêa Mendonça es uno de los estudiosos más profundos de la fenomenología protestante en Brasil. Ya Rubem Alves lo reconocía como tal en 1981. Particularmente interesantes son dos de sus trabajos, de los escasos que han llegado a nuestras manos: Dios en el cielo, Cristo cautivo y la Iglesia ausente (1989), donde lleva a cabo una minuciosa disección de las razones teológicas y doctrinales que explican el inmovilismo de algunas iglesias históricas. Su conclusión es la siguiente:

 

“Intenté demostrar que la crisis eclesiológica del protestantismo en América Latina proviene del vacío cristológico, del desajuste histórico entre la historia de la salvación y el momento histórico, y de la presión ideológica que viene del primer mundo y que alimenta constantemente ese desfase histórico. Intenté señalar las causas de la pérdida de espacio por parte de las iglesias protestantes tradicionales para la iglesia católica y las pentecostales, no con intención polémica, sino como mera constatación de las consecuencias de la crisis y que tal vez pueda llevarnos a revisar el espíritu triunfalista que muchas veces nos embarga. Creo firmemente que la recuperación del potencial teológico por parte de las iglesias de la Reforma no sería instrumento de competencia con otras iglesias, sino que serviría como colaboración en el gran proyecto de servicio a las masas latinoamericanas en aquello en que católicos y pentecostales, por sus propias condiciones, no pueden aún atender”.

 

       En esta línea de análisis, “El protestantismo latinoamericano entre la racionalidad y el misticismo”,[1] ponencia presentada en un congreso de 1998 con una visión más amplia todavía, describe las características socioculturales que explicarían el comportamiento litúrgico, teológico y político del protestantismo en América Latina. Ésta es una de sus agudas observaciones:

 

“Nuestra propuesta es que el protestantismo, aquí entendido como un vasto movimiento religioso surgido en el seno del humanismo del Renacimiento con características libertarias y secularizantes, aunque haya conseguido por más de cuatro siglos adaptarse a los movimientos filosóficos y culturales, no resistió la posmodernidad. Permaneció firme en sus reductos metafísicos y no cedió ningún espacio al manejo de lo cotidiano”.

 

       Mendonça no toma partido por el protestantismo histórico, aunque a veces es muy evidente la forma en que le afectan los errores o problemas que detecta en su seno. Su filiación no le obstaculiza el ejercicio de un rigor metodológico a toda prueba, pues justamente esa es una de las virtudes de los trabajos de Mendonça, la forma en que combina el análisis sociológico con el teológico, debido al enorme dominio que muestra de ambas disciplinas. En este sentido, su obra representa algo similar a la de Jean Paul Willaime, sociólogo protestante francés.

 

       Protestantes, pentecostales y ecuménicos es un libro de homenaje que le rindió la UMESP, en ocasión de sus 75 años. Para Leonildo Silveira Campos, editor del volumen, “...el profesor Mendonça ha puesto en práctica en sus actividades docentes una observación registrada por Dietrich Bonhoeffer: ‘es preciso arriesgarse a decir cosas contestables desde las cuales se levanten preguntas vitales’”. Y agrega: “Los textos reunidos reflejan, más allá de las tensiones biográficas, las dificultades vividas en todo el mundo por el protestantismo histórico”. Éste es el objeto de estudio privilegiado por Mendonça, y su pregunta de trabajo básica es la siguiente: “¿Hay algún futuro, pleno de éxito, para ese tipo de institución religiosa en un continente secularmente dominado por el catolicismo y portador, hoy, por un lado, de un espíritu secularista y, por el otro, por un retorno a la religiosidad popular de tendencias emocionales y mágicas?” (p. 12).

 

       No hay que olvidar que Rubem Alves abordó esta misma pregunta, aunque con otros matices y obviamente desde el terreno teológico, en un ensayo de 1969, donde anticipaba algunos de los desafíos para la presencia protestante, aunque sin contar, todavía, con el repunte de los pentecostalismos. Pero, ciertamente, hacía falta el complemento desde el terreno sociológico.

 

       El libro se despliega en el horizonte de investigación señalado de una manera muy fluida en sus seis capítulos, publicados previamente por separado. En el primero, “La cientificidad de la teología y de las ciencias de la religión”, el autor va, por decirlo así, hasta la raíz, y pone a dialogar creativamente a sus dos disciplinas a partir de la pregunta sobre el estatuto epistemológico de ambas.

 

       En el segundo, “El pensamiento ecuménico: contradicciones e historia”, se interroga sobre las circunstancias en que surgió el ecumenismo, el papel que las de ideas ecuménicas han desempeñado en la construcción de una alternativa religiosa viable y las relaciones entre ecumenismo, iluminismo y el movimiento lego de los siglos XVII a XIX.

 

       “Protestantismo y cultura”, el tercer capítulo, es un ensayo en el cual, partiendo de las implicaciones de una teología de la cultura y del principio protestante, tal como fueron planteados por Paul Tillich, y de las ideas de Troeltsch acerca de la relación entre protestantismo y mundo moderno, aterriza en América Latina, donde encuentra, siguiendo un poco la pista de otro ensayo de Alves (“El protestantismo latinoamericano, su función ideológica y sus posibilidades utópicas” de 1970), que se ha dado precisamente una oposición entre ideologías y utopía. Dice al respecto:

 

“El protestantismo, en vez de entender la oposición entre lo personal y las estructuras en términos dialécticos, la interpretó en términos dualistas. ...El dualismo reinante en el protestantismo latinoamericano no permitió que aquí se comprobasen las teorías de Max Weber. No existe preocupación por transformar el mundo para la gloria de Dios. Por otro lado, la convicción tan frecuente en Estados Unidos acerca de que los pobres lo son porque sencillamente ‘no se esfuerzan’, fue trasladada a América Latina. Así, las promesas utópicas del protestantismo se revelan hoy como ideológicas” (p. 122).

 

       El cuarto capítulo explora la mentalidad popular protestante y formula algunas hipótesis comenzando con la revisión de la teología simplista de los misioneros estadounidenses, hasta llegar a formular las preguntas claves: ¿qué condiciones o componentes locales y exógenos se combinaron en la formación de esa “mentalidad popular”?, y ¿sería el ritual el punto de encuentro entre concepciones diversas presentes en la teología de los misioneros pertenecientes al protestantismo histórico?

 

       Los dos últimos capítulos están dedicados al neopentecostalismo y pentecostalismo, y allí, Mendonça traza, primero, el desarrollo de los trances y éxtasis dentro del cristianismo y describe el inicio del pentecostalismo “clásico” y del “neopentecostalismo” en Brasil, relacionándolos con el imaginario social que favorecería un campo propicio para el crecimiento de esta forma de religiosidad. Finalmente, en “Sindicato de magos: pentecostalismo y sanidad divina”, al ocuparse del pentecostalismo, realiza una distinción basándose en los estudios de Durkheim entre magos y sacerdotes, y magia y religión. Es este uno de los trabajos más provocadores del libro, pues apunta directamente a la dificultad para separar en el neopentecostalismo el interés religioso de la magia, dado que sus fronteras son prácticamente invisibles. Su balance general es sumamente inquietante, pues se atreve a lanzar una hipótesis a largo plazo sobre el futuro de la Reforma:

 

“…un teólogo estadounidense, muy conocido en Brasil, Richard Shaull, piensa que está en camino una nueva Reforma mediante la irrupción de los pobres en la iglesia, teniendo como bandera la teología de la liberación y como instrumento las CEB’s. Aunque se pueda aceptar la tesis de Shaull de una nueva Reforma en movimiento, es mucho más amplia de lo que él pensó. Su bandera no es la teología de la liberación y tampoco tiene como instrumento a las CEB’s; la bandera es el Espíritu Santo y el instrumento es el movimiento pentecostal. Aún más, la nueva Reforma no afecta solamente a la iglesia católica, sino a todas las iglesias cristianas tradicionales. La nueva Reforma tiene un proceso visible a través de la migración de los fieles de un lado para otro: Iglesias tradicionales® Agencias de sanidad divina® Iglesias pentecostales clásicas® y comunidades alternativas.

       Este proceso es roto normalmente por los adeptos del movimiento carismático que, en general, no pasan por las agencias de sanidad divina, pero van directamente a las iglesias pentecostales clásicas o forman comunidades alternativas. Pero el movimiento carismático no es exclusivamente migratorio; al contrario, han conseguido reformar comunidades enteras. La Reforma se procesa, así, en dos sentidos” (p. 173).

 

       Luego de un análisis como este, la pregunta que cierra el libro es, por lo menos, demoledora. A la luz de estos reacomodos religiosos, “¿serán sensibles las iglesias a ellos y estarán dispuestas a morir por lo menos un poco para resucitar más fuertes?”. El componente teológico adquiere de este modo una nueva fuerza analítica.

 

       Mendonça, hablando desde adentro, propone ajustes radicales al modo de ser iglesia y, como se ve, su libro es una aportación muy valiosa para el esfuerzo de repensar la presencia y las prácticas protestantes en nuestro continente.

 

Leopoldo Cervantes-Ortiz

FTL México

Centro Basilea de Investigación y Apoyo A.C.

 


© Fraternidad Teológica Latinoamericana www.fratela.org

Revista electrónica Espacio de Diálogo, (Fraternidad Teológica Latinoamericana), núm. 1, septiembre-diciembre del 2004, www.cenpromex.org.mx/revista_ftl/num_1


 



[1] Publicada en español en el núm. 6 del Boletín Informativo del Centro Basilea de Investigación y Apoyo, México.